septiembre 21, 2013


Otro asesinato de carácter racista sacude a Grecia. Esta vez no es la muerte de un inmigrante paquistaní golpeado, ni la del joven iraquí cazado por la furia antiinmigrante que lo mató para cumplir la cuota diaria de agresiones racistas en plena calle cuando volvía del trabajo. El asesinato del rapero griego y militante social, Paulos Fissas, viene a marcar otro hito en el ascenso de la violencia de la formación política de carácter neofascista que es Aurora Dorada, y de paso, agrega otra chispa a la hoguera social helena que sobrevive intervenida por la Troika, a la espera de un posible nuevo rescate económico y disciplinada en la austeridad más nefasta que tiene a gran parte de la población a un paso de la desesperación total.
La violencia, la muerte, el racismo, el enemigo interno-externo, los suicidios, la ausencia ya no de futuro sino que de porvenir, el discurso nacionalista en barrios obreros, el desempleo, todo se conjuga día a día mientras se tiene constancia de que todo se va al carajo y que los hombres de negro volverán en un par de meses para dictar otra sentencia social.

Con 18 diputados en el parlamento, una intención de voto que se augura pasará del 7% al 12%, y un despliegue de trabajo territorial simplista pero efectivo- tanto en la forma y fondo- les permiten tener un votante no sólo cautivo sino que haciendo trabajo social ahí donde el neonazismo lo requiera para ir apuntalando una identidad colectiva a través del odio, que lo mismo lo ejemplifican en sus discursos y palizas diarias contra inmigrantes o en sus repartos de comida en la plaza Sintagma sólo para ciudadanos griegos, los de verdad, con carnet en mano, nada de nacionalizados, residentes y menos inmigrante, faltaba más. Algunos griegos se resisten a coger esas bolsas llenas de comida de odio porque dicen que ya están viejos para repetir una historia que sacudió a Grecia en la II guerra mundial, y que prefieren estrujar esa pensión que día a día es recortada, antes de participar en la nueva narrativa del fascismo del siglo XXI.