enero 24, 2015

Pedro Lemebel: adiós mariquita linda



Se ha ido el cronista de los nadie chilenos que cartografió con su pluma siempre marginal y marica las grietas sociales del abismo nacional. Se ha ido de madrugada, como las miles en que rasguñó algo de sexo envuelto con amor o solo esperando los primeros rayos de sol en una conversación con amigas. Su universo humano literario estaba en la calle y quiénes le dan vida, no salía a tomar apuntes por la ciudad porque su existencia había estado cincelada por los dictados de la sobre vivencia en la urbe lo mismo en dictadura que en la eterna transición a la democracia chilena. Recuerdo que para cuando me fui de Chile en 2003, Lemebel ya había publicado “La esquina es mi corazón” (1995), “Loco afán: crónicas de sidario” (1996), “De perlas y cicatrices”(1998) y su única novela “Tengo miedo torero” (2001) además de declamar sus crónicas vía prensa gráfica o a través de Radio Tierra, ya se lo estudiaba en algunas cátedras internacionales que iban más allá de la literatura. Sin embargo, aún se oía en los círculos nacionales más diversos aquello de que era buen escritor pero maricón y además marginal, sus credenciales literarias estuvieron y han estado siempre bajo sospecha en la psiquis chilena por rojo, maricón y pobre. Y eso Lemebel lo sabía, pero le traía sin cuidado. Él siempre supo escoger los vértices por los que caminar y desde pequeño había elegido escorarse hacía una izquierda profunda en donde no se necesitaba militar, quizás porque había nacido con una alita rota o porque sencillamente en otros tiempos era normal que los pobres creyeran en la justicia social y una vida digna, y de ahí que se arrimaran entre si para conformar un pueblo con ganas de transformar la sociedad.

Su escritura fue una estrategia de sobrevivencia y su lectura para finales de la década de los noventa era indispensable para evaporar el sopor de esos años en que la justicia había quedado asfaltada en otra carretera concesionada. Ya no había nada más que privatizar a parte de los corazones, muchos sucumbieron y otros fueron rescatados por la provocación del universo Lemebel que no escribía ficción. Sus crónicas urbanas sin concesiones políticas ni sexuales irrumpieron en un país insular en donde los únicos maricones reconocidos como válidos por el poder y el grueso de la población eran modistos, personajes de televisión y algún homosexual de apellido que era súbdito del patriarcado. Su irrupción normalizó la homosexualidad entre muchos compañeros atrapados por la construcción machista de una posible revolución, a ellos dirigió sus mejores textos. Era un provocador en sus textos, performance y programas radiales, así como también en la esfera privada, de mis encuentros con Lemebel en la redacción de Punto Final, algún bareto o en un vagón del metro hacía ninguna parte, emerge esa ironía juguetona amarrada en su pañuelo a la cabeza que te abofeteaba con frases que por casualidad continuamente terminaba susurrando a tu oído con esa sonrisa sincera y picaresca.

A los literatos y sesudos críticos el análisis de su obra, a los miles de estudiantes que este año harán sus tesis sobre Pedro Lemebel y la disección de su mundo periférico en un corta y pega, les deseo buena suerte, a esta hora de seguro que las editoriales que tienen sus derechos de edición estarán mandando a la imprenta re-ediciones de sus libros. Y que así sea, hay que leer o volver a darle una vuelta a la obra de Lemebel si se quiere entender el devenir chileno de las últimas décadas. Y ahí queda el desafío para las periferias chilenas de apropiarse de un icono cultural como si fuera suyo porque siempre fue de esos márgenes, hay que hacerlo antes que la industria cultural lo desapropie de su intimidad con su pueblo.
Bon viatge linda Marieta.


noviembre 22, 2014

Barcelona y el post 9-N



Después de aquel día todo el mundo ha vuelto a salir a la calle para ir a sus puestos de trabajo o en la búsqueda de alguno para dejar atrás el paro crónico. Las aulas se han vuelto a llenar de estudiantes aquejados por los recortes y el alza de aranceles, las calles del centro son nuevamente delineadas por hordas de turistas que avanzan en autobuses, a pie, en bicicleta o en potentes monopatines eléctricos alquilados por hora; pocos son los que se desprenden del mapa turístico o el smartphone y se hacen camino al andar por sí solos. Los que no necesitan de aquello, es ya la clásica estampa de una comisión judicial con su compañía de antidisturbios que ejecutan otro desahucio en Nou Barris, L`Hospitalet de Llobregat o en el Gòtic dejando en la calle a otra familia y con una deuda impagable con la banca.

A esa misma hora mis vecinos del segundo han bajado con sus sonrisas de ébano a por sus carros de supermercados aparcados y encadenados al lado de las bicicletas y se han perdido por estos callejones para cartografiar la ciudad en búsqueda de la chatarra de la sobrevivencia; no volverán hasta pasada la tarde. Una pareja de franceses que contemplan la escena desde el balcón de un piso turístico fotografían la situación cotidiana quizás pensando en que Barcelona hasta para lo más pedestre es cool. La débil pero persistente lluvia mañanera ha frustrado el juego de petanca de los jubilados en el parque así que han tenido que refugiarse en el bar de toda la vida- que ahora son administrados por ciudadanos chinos- y ahí seguir comentando la jornada histórica que el domingo 9-N se vivió en Cataluña, y de paso, esperar que se anuncie por televisión un nuevo escándalo de corrupción política de alto nivel. Este no tardaría en llegar con epicentro otra vez en Sevilla y solo decir que hasta la diputación fue registrada por la policía.

Las cifras del 9N son categóricas en su justa dimensión y medida. Más de dos millones participaron en el referéndum simbólico sin ninguna garantía legal ni consecuencia concreta. De ellos casi el 80% optaron por el binomio si-si que significaba derechamente la opción por la independencia de Cataluña. El censo total que tenía derecho a voto era de alrededor de 7 millones de electores, de los cuales solo voto un 35% del padrón electoral, pero también es cierto, que aquí está representado lo que se ha querido negar durante mucho tiempo, es decir, que por el momento existe una base social que quiere si no bien en su mayoría la independencia, si otra forma de asociación con España. Algunos esperaban que Barcelona apareciera copada por tanquetas y los mossos deteniendo a familias con niños que hacían largas colas para votar, que se secuestraran las urnas con una orden judicial y que desde Madrid se actuara con mano dura para poner punto final al secesionismo catalán.

Otros independentistas eufóricos llegaron a llorar a la hora de depositar su voto y luego salieron raudos a por un vermouth dominguero que alargara la espera de resultados en TV 3. En los últimos años, es un hecho que la frustración social por la precarización de la vida ha llevado a muchos a escorarse hacia una futura independencia motivados por un etéreo nuevo comienzo en manos de la misma clase política catalana burguesa que en estos últimos seis años viene recortando el gasto social con más intensidad que los pobres de Andalucía, a los que siempre tanto critican a nivel político o cotilleo casual.

Una futura independencia capitaneada por los representantes de la derecha política catalana y sus aliados de izquierda que se han ensimismado exclusivamente con la independencia pactando en el parlamento recortes sociales y mociones de silencio, sería un punto de retroceso para la sociedad catalana y quienes la componen. Sin embargo, el tema de la cuestión catalana es tan transversal que copa todos los espacios geográficos políticos y emocionales, que van mucho más allá de Artur Más, los democratacristianos de CIU, los izquierdistas nacionalistas de ERC, o los ni chicha ni limonada que representan los socialistas catalanes, hasta anarquistas han ido a votar para dar por culo, mientras kilómetros más allá algún representante de la burguesía catalana, igual de podrida que la española, depositaba su último sueño por cumplir luego de espoliar las arcas de su querida Cataluña y guardar millones de euros en cuentas secretas Suizas.

Algunos hasta el día de hoy piden que rueden cabezas por la afrenta catalana a la unidad de España y golpean las puertas de la judicatura para que castigue con cárcel la osadía de su afrenta. Otros por fin han entendido que no son cuatro locos sino que una marea diversa en donde ha penetrado el discurso independentista sin programa de fondo pero que mueve a los que sencillamente se entregaron a las garras de los que agitan el tema de la identidad catalana y el enemigo externo como causa de sus males.
A estas alturas de mi vida y viaje migrante, sencillamente soy de los que nos cree en una patria ni tampoco en las banderas que sustentan nacionalismos absurdos como el chileno, español o catalán. Hoy son otras las banderas que hay que levantar. Sin embargo, reconozco que lo mejor que le ha pasado a la sociedad catalana en el último tiempo ha sido el 9-N porque aquella votación simbólica ha significado abrir la válvula social que en la cotidianidad ya estaba sobrecargada de mal humor y una agriedad en el carácter catalán fuera este partidario de la independencia, o estuviera en la orilla contraria con la misma actitud rancia de los contrarios a cualquier iniciativa popular. En fin, que la Independencia, sí llega, será para una nueva batalla que tendrá que esperar por lo menos cinco años, porque ahora el tema es otro, y no es nada más ni menos, que cambiar en un año el mapa político español creado desde la transición y que afectará a todo el territorio que actualmente compone España.

Por lo pronto hay un eco sostenido de cambio y aún subterráneo que apunta a Guanyem Barcelona como un punto de inflexión político-social para comenzar a hacernos cargos de lo más básico; la ciudad en que habitamos




noviembre 02, 2014

España: el estado de las cosas I

Se podría decir, con un poco de arrogancia, que vivimos los últimos meses del escenario político español surgido en los inicios de la transición de 1975. No hay vuelta atrás; el bipartidismo histórico entre Partido Popular (PP) y el Partido Obrero Socialista Español (PSOE) y su hegemonía tiene los días contados por la irrupción de un nuevo tercio político (Podemos) aún en crecimiento que quedará plasmado en las próximas citas electorales de 2015. Si bien el avance de las minorías organizadas- que han cargado el coste social de esta crisis económica sin fecha de termino (2007- ) son los protagonistas del cambio político que se producirá, también es cierto, que nada de esto sería posible sin la auto descomposición moral de una clase política que se acostumbró a vivir exclusivamente para sus caprichos con dinero ajeno, al peor estilo de los representantes de los ex países bananeros que ellos siempre tanto criticaban para poner distancia entre un estado de derecho y los excesos de las pequeñas democracias formales.

La memoria infame de estos años españoles está salpicada de redes de corrupción política a todo nivel, masiva, confabulada con empresarios de todo tamaño y en donde día a día siguen cayendo ante una justicia benévola los representantes de la llamada casta política, financiera y sindical. Lo mismo puede ser un político de las finanzas pagando con una tarjeta VIP de Bankia un shawarma después de una larga noche o un sindicalista asturiano de toda la vida que acumula entre huelgas y luchas sociales 1,4 millones de euros. Lo mismo que la fortuna oculta de los Pujol y sus turbios negocios, el ex patriarca catalán y parte de la sociedad aún continúa en estado de shock, y sí, aquí en Barcelona algunos pocos siguen pensando que esta es una campaña más motivada por el anticatalanismo sureño. A estas alturas los sindicatos andaluces de CCOO y UGT aún no saben o no quieren saber en que se gastaron más de 15 millones de euros que estaban destinados a cursos de formación para desempleados que nunca se dictaron. La lista es interminable y cruza todo el mapa político e ideológico, aquí el que quiso cogió su tajada del pastel antes de que todo se fuera a la mierda porque así saciaban su apetito por el dinero que entrega el poder.

Y a estas alturas si algo está claro es que estos  personajes no se irán por su cuenta sino que habrá que expulsarlos y los que quieran trabajar dignamente y ver reducidos sus privilegios tendrán su opción ante la ciudadanía. No hay posibilidad de un consenso social para seguir manteniendo una estructura podrida que se desmorona con una intensidad galopante, a veces, con más fuerza que los sueños plausibles de los eternos omitidos, los precarios de nuevo cuño que ya no son una representación simbólica del capitalismo europeo sino que una nueva y masiva clase social. No hay músculo social para una revancha revolucionaria, por lo mismo, este es el tiempo de aprovechar las pequeñas oportunidades que brinda la historia para encauzar un futuro colectivo y por lo menos poder decir por una vez con convicción de victoria que esta vez si que no seguirán pasando
Son tiempos para posicionarse políticamente y abrir el desván de los sueños y pensar que quizás después de todo Sí se puede; disipar el miedo ante un nuevo devenir político es la tarea de estos meses.


octubre 26, 2014

¡Bolivia no existe!



No hace mucho- digamos dos décadas atrás- Bolivia internacionalmente era conocida solo por la producción de cocaína, la pobreza social extrema siempre en alza y el lamento de los políticos bolivianos de turno. Los mismos que a medida que privatizaban el país se iban de gira internacional para lloriquear en cualquier foro económico y así provocar una condonación de la deuda externa que beneficiaba a la misma y pequeña clase política racial que gobernaba el país de los andes. La historia boliviana está plagada de golpes de estado, inestabilidad política, revoluciones de izquierda fracasadas, dictaduras militares, gobernantes democráticamente malvados y la injerencia política internacional camuflada en la lucha contra las drogas o los lobby de presión de las transnacionales que querían un trozo del país que se comenzó a vender desde finales de los ochenta bajo el amparo de la dictadura del mismo neoliberalismo y sus organismos financieros que hoy despliega su salvajismo social en países europeos como España, Portugal, Grecia, Chipre…..

Hace una década Bolivia aún encabezaba todas las estadísticas de la desigualdad y desesperanza que caben en un clásico gráfico de barras o en una infografía digital de la miseria. No había organismo internacional que diera un duro por aquel país enclaustrado marítimamente en Sudamérica y siempre subestimado por sus vecinos. Desde los ochenta que se venía repitiendo con insistencia el axioma que se resumía en un rotundo Bolivia no existe a nivel económico internacional ni regional, que solo llamaba la atención por su deriva a convertirse-o convertirlo- en un nuevo estado fallido producto del egoísmo de su clase política tradicional de derechas e izquierda y los intereses foráneos. Si bien los analistas del Pentágono venían avisando desde finales de los noventa sobre el ascenso indigenista comandados por un tal cocalero llamado Evo Morales, nadie presto demasiada atención política al movimiento social que se estaba generando porque sencillamente nunca pensaron que la indiada organizada, los pobres urbanos y los descolgados de sus privilegios podían encontrarse no sólo en las calles sino que en las urnas y cambiar el destino de un país que por primera vez en su historia moderna tiene un Nosotros.  

Este 12 de octubre pasado el pueblo boliviano ha vuelto a endosar un voto de confianza en Evo Morales otorgándole el 61% de los votos, si hace seis años Bolivia estaba a punto de una guerra civil provocada por las regiones orientales que se querían independizar hoy en esos mismos terruños avanza la cordura y la realidad objetiva y ya casi nadie discute que Bolivia ha emprendido un camino por la justicia social incluyente que no tiene vuelta atrás. Este es el triunfo de los que dejaron atrás las mazmorras del silencio para convertirse en sujetos sociales promulgando una verdad empírica: otro mundo es posible con otras políticas económicas en beneficio de las mayorías sociales. Hoy asistimos a una nueva Bolivia en donde aún falta mucho para construir una sociedad más justa y participativa pero quizás por primera vez en su historia hay un nosotros, pobre y defenestrado, es cierto, pero constructor de su futuro y sabedor que con o sin Morales nunca más estarán silenciados: el empoderamiento social ha sido tan fuerte que ya nada volverá a ser igual, y eso dice mucho de un proceso social aún en marcha.


El fracaso de esta revolución es probable que no venga por la histórica variable económica sino que por las tensiones sociales en aras de construir una sociedad más justa y con futuro, que a día de hoy por ejemplo, se arraiga culturalmente en la violencia machista que lo mismo se ejecuta en los cuatro pilares básicos del abismo familiar o en un espacio público con total impunidad. Bolivia encabeza la estadística de los países latinoamericanos en el asesinato de mujeres, los femenicidios son una sangría diaria entre tanto avance macroeconómico y una salud y educación en alza. Atrás va quedando el exitoso proceso de alfabetización que erradicó el analfabetismo del país, en algunos lugares por fin tuvieron constancia de la existencia de un médico que atendiera lo básico, si fuera cubano o no, daba lo mismo, por primera vez el estado se hizo cargo de algo fundamental para el desarrollo de una sociedad. La pobreza extrema aún en Bolivia alcanza un 20% antes era del 40%, cifras que tienen rostro que aún no ven delineado un porvenir a su alcance.  En 2005 los bolivianos que subsistían con un dólar al día sumaban la cifra de 24 por cada cien, en 2012 eran 10, ahora quizás son ocho. 
Es tanto lo que aún queda por hacer que a veces se pierde la perspectiva de que ocho años no bastan para recomponer un país que viene saliendo de un abismo neoliberal  profundo y delirante, en donde se intentó privatizar hasta el agua de la lluvia. 

mayo 30, 2014

PODEMOS



Desde el pasado domingo toda la prensa española ha fijado sus ojos en ellos después de conseguir 5 escaños al parlamento europeo y convertirse de la nada, en la cuarta fuerza política nacional. Su irrupción tiene desorientados a muchos analistas que deambulan entre las tesis del voto de protesta o castigo y una amplia gama de personajes de primera línea que ya han comenzado su campaña comunicacional por desacreditar al proyecto y a sus dirigentes públicos con falsas o tendenciosas informaciones, sin embargo, su punto de ficción es crear de aquí en adelante la percepción social de que nos encontramos ante un nuevo populismo de izquierdas, de auge mediático y que amenaza a España con el caos. Estos son los mismos que hace 3 años les cogió por sorpresa que la gente pudiera organizar su indignación sin intermediarios políticos y de ahí desembocar en multitud de organizaciones sociales, aquello sin lugar a dudas fue un quiebre contra el inmovilismo social y la necesaria politización de amplios márgenes de la población para lo que vendría.

En estos días de resaca electoral y después de contemplar que PP y PSOE han perdido 5 millones de votos y que este se ha fragmentado poniendo en peligro al bipartidismo que nació con la transición del 78, algunos recién toman conciencia que de que no solo hay una sociedad empobrecida y cabreada sino que para su pesar, organizada y políticamente madurando para crear un instrumento político que de cuenta de sus demandas más allá del ámbito callejero. Este no es un voto de indignación sino que de una nueva construcción política de izquierda, solo el tiempo dirá si fue un espejismo o el embrión de un movimiento social cohesionado que tenga un instrumento político a su disposición para inclinar la balanza hacía los cambios profundos que demanda la vida ante la deshumanización neoliberal que padecemos.  

En este contexto ha surgido PODEMOS, con vocación de gobernar y aquello ya es un buen síntoma porque para candidaturas de izquierda alternativa que parten con la derrota testimonial, la hemeroteca del mundo ya está a rebasar. Y quizás lo más importante de todo, desde su nacimiento formal hace cuatro meses, es que siempre han estado fomentando la unidad con Izquierda Unida (tercera fuerza política, 6 euro parlamentarios) u otras formaciones políticas que no crucen la barrera de la socialdemocracia porque son conscientes que el paso para las próximas elecciones generales de 2015 tiene que ser la conformación de un frente amplio de izquierdas sustentado en las organizaciones sociales. Y siendo sinceros, hoy por hoy, aquella es la única apuesta viable para invertir el estado de la cosas, de lo contrario, el carnaval neoliberal será eterno.   

La discusión de montar un partido instrumental se discutió en algunas asambleas y hubo consenso que había seguir en la calle con la protesta social y que también ya era hora de ocupar los espacios institucionales de la casta. De ahí vinieron unas primarias donde participaron 50 mil personas que refrendaron el proyecto y eligieron a los candidatos. Después de tres meses llegó la noche del escrutinio, obteniendo un 1. 250.000 votos a través de un discurso duro y directo pero que a la vez transmitía la urgencia de los tiempos que corren y la responsabilidad personal de cada uno en la construcción de un porvenir colectivo. Las herramientas digitales fueron clave en la movilización de la gente a la que no podían llegar las organizaciones y los círculos sociales que fueron brotando como setas por la península, Baleares y Canarias. Es un hecho que la figura de Pablo Iglesias, líder natural de PODEMOS (35 años, profesor universitario), debatiendo en las tertulias políticas de la televisión han sido un éxito al romper con la dictadura del pensamiento único que año tras año nos repite que la única salida a esta eterna crisis económica, social, política, de sentido común, son las fracasadas recetas de la Troika y sus nuevas reformas estructurales de la economía que anuncian por estos días.

Es innegable que el espíritu del 15 M (movimiento indignados) está presente en PODEMOS pero eso es todo, esta es otra etapa, otro contexto político en donde
muchos de los que están en la primera línea de la propuesta política venían desde hace muchos años trabajando en el ámbito político-social desde el frente amplio de Anguita, de los movimientos antiglobalización surgidos en Seattle a finales de los noventa, de las experiencias política sociales autogestionadas por la geografía española antes del 15M, de su paso por el movimiento Zapatista en México y sobre todo han conocido, participado y asesorado a los nuevos movimientos sociales latinoamericanos que le arrebataron el poder a otras castas que venían desde hace décadas gobernando para el mercado y una minoría poderosa. Hasta que la tortilla se invirtió desplazando al neoliberalismo como eje central en la construcción de una sociedad más justa. El núcleo duro de PODEMOS viene de una historia llena de aprendizajes, errores y derrotas políticas, y aquello es fundamental para los que quieren cambiar algo sin temor a fracasar en el intento o para los que pierden la brújula con la primera victoria simbólica. 

Y no es que uno esté a las puertas de una revolución social, más bien, es una bocanada de aire fresco; un aroma que siempre está presente ahí donde empieza a morir una parte de la historia y comienza a nacer otra. Esperemos que esta la escribamos nosotros.

marzo 12, 2014

Tontón el perro (o el líder de la manada humana)


                                                    
El nuestro fue un encuentro casual. Motivado por una mano generosa que me cedió su buhardilla del tercero por unos meses y la complicidad de otra amiga, que un buen día nos presentó: dios los cría y M  los junta. Las primeras jornadas me recibió con una actitud cordial pero distante, no marcó territorio porque intuía de antemano que todo el que entraba ahí, ya conocía la estructura social del Centro Cultural Manuel Rojas (CCMR). Vamos, que el perro sabía perfectamente cual era su lugar, yo por entonces lo que desconocía era que Tontón, era el líder de una manada de gente hermosa con la que había transitado la última década embarcado en un proyecto político-cultural insertado en el barrio Yungay del cual era parte activo. Se había ganado ese derecho ya no por sus diecisiete años, sino que por lo que había entregado en sus tiempos mozos y ahora en la vejez; cariño y compañerismo.

A la semana me acoplé a sus rutinas, introduje otras y disfrutamos de la compañía mutua. Por la mañana el primero que salía de casa le abría la puerta para que se diera su breve paseo por la calle; sus desplazamientos estaban limitados por el paso del tiempo. Primero iba al árbol que quedaba en frente, meaba con dificultad y luego cruzaba con despreocupación la calle hacía el parque donde removía con su pata derecha la misma porción de tierra de todos los días y con el hocico oteaba hacia el horizonte mediato; aquellos eran sus dominios simbólicos por los que antes había corrido. Estaba viejo pero tenía una postura corporal que impedía que los perros callejeros se metieran con él. Luego volvía y se recostaba en el umbral de la puerta con sus patas cruzadas para coger los rayos del sol que se hacían más escasos a medida que avanzaba la transición de otoño invierno en aquel Santiago de Chile de 2013. Después era la hora del desayuno y la medicación para atenuar los achaques. Entonces había que abrirle el hocico, introducir tu mano y dejar caer la pastilla en su garganta, rara vez protestó. Cualquier habitante de la casa, sabía que había que coger la colcha de Tontón que estaba instalada estratégicamente en la entrada del salón principal (desde ese lugar se veían los dos salones y el patio interior, y también la bifurcación de la casa en donde se iba hacía la cocina o se subía hacía las habitaciones, aquella es la frontera entre el Centro Cultural y la casa que pertenece al mismo) y extenderla al lado de la palmera por donde a medio día se cuela el sol. Yo tenía tiempo y de ahí a compartir un café con el que siempre sostiene la mirada cuando le hablas, se hizo una costumbre natural por dos meses.

Tontón sabía que a media tarde comenzaban a llegar todos los que dan vida al CCMR. A veces era el teatro cabaret de las maracas del mambo ensayando o el taller de poesía critica, las mujeres del barrio embarcadas en un proyecto de autogestión, lo mismo el lanzamiento de un libro, un ciclo de cine debate, una actividad de danza o música para recaudar fondos, o una movida noche celebrando el cumpleaños de Mauricio Redoles….en fin, que Tontón estaba acostumbrado a entradas y salidas, a escuchar poesía mientras el invierno hacía su entrada con las primeras lluvias que caían tras el cristal, era capaz de identificar el eco que producía un beso apasionado o las palabras de una conversación que estaban marcadas por la convicción de que la unidad social era la única manera de avanzar en la construcción de un nuevo Chile. A esas alturas, con la sabiduría que dan los años, Tontón prefería alejarse hacía su cobijo porque ya tenía demasiado archivo en su memoria perruna. Y ahí siempre estaba la mano que acercaba la estufa hacía su aposento, la misma que por estos días-imagino-se despide acariciando su lomo y recordándole que cuando llegue el momento no estará solo, sino que en su hogar y rodeado de su manada más intima.

Aquella fría mañana que nos despedimos ambos sabíamos que no volveríamos a vernos. Así que repetimos la rutina de la medicación por última vez y después de sorber agua nos dimos un gran abrazo, ya todo había sido dicho, ahora no quedaba más que emprender cada cual su camino; yo volvía por opción a España, el epicentro de la revolución neoliberal europea; aquella era mi batalla para los próximos años. Por su parte Tontón se quedaba en el bello y activo barrio Yungay observando las transformaciones político-sociales revitalizadas por una nueva generación sin miedo contra le hegemonía neoliberal chilena.

Por estos días me llega la noticia de que Tontón está delicado de salud, cansado, consciente que se acerca el momento de partir, tal vez. A la distancia lo imagino tranquilo, echado sobre su manta roja con su manada íntima y el gato tuchi dando por culo por la casona avisando que se le acabó la leche. Tontón lo mira de reojo, acostumbrado a su presencia y sus exabruptos de gato alfa venido a menos, prefiere enfocar su mirada almendrada para intentar transmitirle a su manada un rotundo y silencioso: confieso que he vivido. Y ahí sigue Tontón dando la pelea.

¡Salut por ello!

(fotografía: 10 aniversario del CCMR, 2011. Archivo del centro)

marzo 06, 2014

Apuntes políticos de un febrero furioso


(Ucrania: Otra escala del shock neoliberal europeo)
La efímera revolución ucraniana que derrocó a Víctor Yanukóvich hace más de una semana y que pronto fue copada por el bloque derechista, tan ultranacionalista como católico, hoy negocia con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) un rescate económico por sobre los quince mil millones de euros. Estados Unidos ya se ha apresurado a poner mil millones. Si hace tres meses Yanukóvich firmaba su sentencia política al no suscribir un acuerdo comercial que acercara Ucrania a Europa, ahora los representantes del EuroMaydan entre bambalinas suscriben la capitulación social a través de los ajustes estructurales de la economía que tendrán que llevar acabo. Esto se negocia lejos del foco informativo, porque ahora la noticia está en la región de Crimea (60% de origen ruso) que ha sido copada militarmente por el ejército ruso. La única certeza a estas alturas, es contemplar que cuando aún no se apaga el humo de las barricadas en la plaza de la Independencia, al aeropuerto de Kiev llegan los liquidadores sociales para implementar otra política de shock económico neoliberal en Europa.

Los ucranios ni siquiera han podido celebrar el efímero triunfo de su revuelta social que en el fondo quería derrocar a un sistema injusto y corrupto que representaba Víctor Yanukóvich y su clase política empresarial, que también incluye a Yulia Timoshenko, la gran ganadora de estos días. Aún es pronto para aventurar acontecimientos pero hay elementos para hacerse una idea de lo que viene porque el camino de Ucrania hace mucho fue trazado por la lucha política-económica-militar de EE.UU-UE-OTAN frente a la Rusia de Vladimir Putin y su histórica área de influencia, más aún, en este frágil nuevo orden mundial en construcción. Y ahí entre medio, están los millones que un día gritaron libertad y ahora lo único que recibirán serán grandes dosis de liberalismo económico que quedarán tatuados en sus cuerpos.

Si bien asistimos a furiosos y masivos levantamientos sociales en el mundo, no deja de llamar la atención que estos son neutralizados prontamente por el reacomodo capitalista lo mismo en la llamada primavera árabe o en los países del sur de Europa donde la indignación social ha sido domesticada por el sistema. En Egipto la revolución social de la plaza Tahrir que derrocó la dictadura de Hosni Mubarak ,auspiciada económica y militarmente por Washington y las potencias europeas durante décadas, naufragó más temprano que tarde entre la injerencia internacional y la arrogancia de Morsi y los Hermanos Musulmanes que habían llegado al poder por la vía democrática y justo cuando cumplían un año fueron derrocados por un golpe militar de la misma clase política-militar-empresarial que volvió a retrotraer la historia a los tiempos de la represión política más sanguinaria, en donde los muertos se mezclan con los miles de presos políticos tachados de terroristas, muchos han sufrido torturas y otros no aparecen en ninguna lista de detención; están desaparecidos. Hacer periodismo crítico en Egipto por estos días te lleva a la muerte, la cárcel, la violación o en el mejor de los casos a la expulsión del país. La próxima llegada al poder de Abdelfatah  Al Sisi ya ha sido bautizada por la comunidad internacional, en su defensa, exclaman que Egipto y la región necesitan estabilidad, o lo que es lo mismo, mano dura y dólares frescos.

Peor suerte le ha tocado a Siria en donde lo que comenzó como un levantamiento popular y pacífico de protesta en las calles, pronto se transformó- producto de la represión del régimen- en un incipiente levantamiento armado que en el primer año de combate lo componían los vecinos del barrio y los cientos de soldados que desertaban de un ejército que ordenaba bombardear sin contemplación a la población civil. Aquello derivó en una guerra civil de carácter sectario en donde a estas alturas el régimen de Bachar El Assad, el Ejército Libre de Siria, el Frente Al-Nusra, el Ejército Islámico de Irak y el Levante (EIIL), ambos de la orbira de Al Qaeda, y Hezbolá… son sólo una pieza más del ajedrez geopolítico mundial que libran lejos de sus fronteras Estados Unidos, Rusia, China, Irán, Israel, la Unión Europea, las Monarquías de los petrodólares de Qatar y Arabia Saudí, …,mientras tanto, y después de tres años y casi 200 mil muertos y más de cuatro millones de desplazados y refugiados, se cuela por estos días la fotografía del campo de refugiados palestinos de Yarmuk, cerca de Damasco, en donde miles de personas se agrupan con sus rostros de hambre por un bocado que traen algunos camiones, tras romper el cerco militar al que han estado sometido el último año y medio. Se calcula que más de 300 mil civiles están atrapados en ciudades derruidas, sin alimentos y continuamente bombardeados, a la espera de un corredor humanitario que nunca llegará porque la llamada comunidad internacional no está para esos menesteres.

Europa huele a fascismo
Aquella preocupación occidental- siempre arrogante en el tema de los derechos humanos- duró apenas un par de minutos en los telediarios españoles porque la noticia durante días fue la caída de Whatsapp y el pánico social que provocó en millones de personas, encontrarse durante cuatro horas, solo consigo mismas. Gracias a su mayoría absoluta el PP  por aquellos días sacaba adelante su reforma Express de la Justicia Universal –presionados por China- para que ningún juez español de ahora en adelante se declare competente para investigar violaciones de los derechos humanos que se cometan en territorio extranjero y están condenados a la impunidad. A Pinochet le llegó tarde la medida, pero muchos otros que siguen sus pasos se beneficiarán de aquello.

En seguida llegaron las imágenes de la Guardia Civil española en la playa del Tarajal (Ceuta) reprimiendo con su material antidisturbios; pelotas de goma, botes de humo, salvas de fogueo a un grupo de inmigrantes subsaharianos que querían saltar la desigualdad de la frontera norte-sur. Esta vez habían dejado atrás las vallas de seis metros y sus cuchillas afiladas y lo intentaron por mar, arropados con un artesanal flotador para bordear un espigón miserable, ahí, entre el pánico de las descargas y viendo las luces de España palpitar en las farolas se ahogaron quince. Otra tragedia evitable en el estrecho de la muerte, otra crónica deshumanizadora para la hemeroteca de la Europa blindada esta vez en aguas españolas. Hace unos meses fue en Lampedusa (Italia) donde dejaron que murieran ahogados 350, mañana puede ser en cualquier parte del estrecho a medida que las rutas de la inmigración clandestina se multiplican porque el hambre y las guerras- algunas abiertas otras de baja intensidad- se mezclan con la desazón al contemplar como la tierra, los recursos que genera esta y la riqueza mineral va perteneciendo ya casi por completo a potencias extranjeras, o en su defecto, a corporaciones financieras transnacionales que especulan lo mismo con el trigo, el arroz  o la soja en los mercados a futuro de alimentos. De ello vienen huyendo y en ello se les va la vida.

Hace unas semanas los suizos decidieron por referéndum que no quieren más inmigrantes; ni europeos, ni del resto del mundo, que cerrarán sus fronteras a la libre circulación de personas del tratado Schengen. Eso sí, se han apresurado a decir que seguirán recibiendo con los brazos abiertos los depósitos bancarios de cualquier representante del lumpen burgués del mundo globalizado gracias a su secreto bancario. La libertad de movimiento en la región queda en entredicho, quizás el logro más tangible de la UE también comience a desmoronarse como sucedió con el euro y el estado de bienestar tras tanto shock neoliberal aplicado por la Troika en estos años y los que aún vienen. En las próximas elecciones al parlamento europeo (25 de mayo) la extrema derecha rubricará su discurso xenófobo y nacionalista con contundencia en las urnas. Su mayor triunfo es el de marcar la pauta en el discurso excluyente y la construcción simbólica de un enemigo interno que en tiempos de crisis ya no es necesario. A estas tesis se suman las formaciones políticas de derecha conservadora o liberal que huyen del centro y también los socialdemócratas como en el caso de François Hollande. Es muy probable que Marine Le pen, cabeza del ultraderechista Frente Nacional (FN) francés sea la que descorche la primera botella de Moët & chandon para celebrar la consolidación de una Francia que hace mucho abandonó el camino de la Igualdad, libertad y fraternidad. La ascensión de la ultraderecha europea no sólo quedará reflejada en Francia con el probable 30% de votos al FN, sino que el ascenso de los ultras nacionalistas euro escépticos y de carácter fascista que avanzan lo mismo en Inglaterra, Holanda, Bélgica, Inglaterra, Dinamarca, Bulgaria, Hungría, Rumania, Austria, Italia, Grecia, con su discurso del odio que en estos tiempos de crisis económica e identitaria ganan adeptos en márgenes sociales que en otro tiempo de la historia estuvieron escorados hacía la izquierda. No corren buenos tiempos para los inmigrantes en Europa, tampoco para los solicitantes de asilo político que vienen huyendo de guerras y sentencias de muerte, como por ejemplo ser homosexual en Uganda, checheno en Moscú o reportero de crónica roja en Michoacán.     

Otra vez Venezuela
El huracán informativo hace semanas que también remite a Venezuela construyendo la sensación mediática de que está vez sí la oposición está a punto de terminar con el proceso bolivariano, no en las urnas, sino que en las calles a través de un golpe de estado civil sustentado en la agudización de la violencia política. Ya van más de 18 muertos, cientos de heridos y detenidos, los muertos son sobre todo opositores, también hay oficialistas y otros que simplemente recibieron un balazo impune al azar o que murió degollado en su motocicleta por un cable colocado en el camino que lo llevaba de vuelta a casa después del trabajo. Hay un exceso de gatillo fácil que siembra el pánico todos los días producto de la delincuencia enraizada que ni el neoliberalismo en su momento, ni la llamada revolución bolivariana han podido siquiera controlar. Y de ahí, que sea normal que la gente, mayoritariamente capas medias y altas, se eche a la calle para protestar por esa inseguridad, que castiga a todos por igual, que estén cansados del desabastecimiento comercial y la especulación de los precios que encarecen la vida. Sin embargo, no están dispuestos a sumir que en este tema mucho tiene que decir el empresariado antichavista que a estas alturas da para mucho y ocupa técnicas golpistas añejas que nos remiten a los tiempos de hacer parir la economía en busca de un quiebre de la institucionalidad democrática.   
Al cumplirse un año de la muerte de Hugo Chávez, Venezuela no está a punto de explotar sino que arde otra vez producto de la intransigencia opositora que desde hace años se acostumbró a desconocer sus derrotas políticas. Y también, arde porque los errores que una y otra vez viene cometiendo Nicolás Maduro en la conducción de un proceso social que involucra mucho más que a Venezuela también se han vuelto costumbre. Como conductor de autobús que fue, se podría decir que Maduro está llevando una conducción errática; de verborrea violenta en cada cruce de caminos en que se presenta la oposición de siempre acarreada por un ultra derechista con carácter de mártir propagandístico que busca el caos y la solidaridad extranjera. Ayer fue Enrique Capriles,hoy es Leopoldo López. Maduro no está en lo que tiene que estar porque aún ha sido incapaz de desprenderse de la figura de Chávez, que estuvo pero ya se fue, de ahí que con sus tesis de los pajaritos y llamar a todos los opositores fascistas y no controlar el gatillo fácil de sus bases no hace más que alimentar la fogata venezolana que en la última década ha estado salpicada de golpes y contra golpes.

Son muchos los que en Venezuela, pero sobre todo en el extranjero, esperan con ansias de que por fin triunfen las tesis de los que quieren ver una Venezuela en donde la primera bandera que se ponga tras el derrocamiento, sea la de la democracia totalitaria del libre mercado y de ahí caiga como un dominó sobre Ecuador, Cuba, Bolivia y todo el resto del continente. Hace unos días,Enrique Krauze, director de la revista Letras Libres publicaba una columna de opinión en el diario El País llamando la atención sobre lo solos que están los estudiantes venezolanos en- según él- su lucha por recuperar la democracia y la libertad de expresión. Y es verdad, cuesta encontrar alguna organización estudiantil latinoamericana de renombre que los apoye o convoque marchas a su favor porque la lucha social estudiantil de México a Chile está marcada por la recuperación de la vida ante un neoliberalismo radical que se viene padeciendo desde hace décadas y el poder recuperar una educación pública que entregue herramientas y no diplomas profesionales condicionados por la cuna de nacimiento.

Hablando en plata, lo que viene sucediendo en Venezuela es una ascensión de la lucha de clases en que unos quieren recuperar sus privilegios y otros quieren seguir igualando sus expectativas sociales y ya no están dispuestos a dar un paso atrás. Y en esta batalla también están presentes los agentes del mundo libre y su reserva moral con sus tentáculos financieros, periodísticos, diplomáticos que quieren ver correr más sangre en la Venezuela que mayoritariamente ha elegido su camino con un ejército de veedores internacionales tras las mayorías absolutas de Chávez o el ramplón 51% de Maduro, escaso, pero válidamente democrático.