septiembre 17, 2013

Otro toro de la vega



A las once de la mañana Vulcano es soltado en la plaza mayor de Tordecillas (Valladolid) y conducido por una muchedumbre de 50 mil personas por las calles del pueblo hasta llegar al puente que el animal deberá cruzar para enfrentar el destino que sus chacales le han preparado al otro lado del río. Allá en los terrenos llanos de la vega lo esperan los torneantes, a pie y a acaballo, con sus lanzas sedientas de sangre. A esas alturas el animal ya huele su destino, se lo ve confundido, aterrado en sus 560 kilos de carne y quizás preguntándose en esa mirada perdida, el por qué esa jauría humana quiere darle muerte. El toro Vulcano no sabe que en España abundan las fiestas tradicionales en donde la tortura contra su especie es casi un sentimiento de orgullo patrio, un bien de interés cultural o una forma de crear identidad colectiva a través del sufrimiento ajeno.
Este año el ganador se llama, David Rodríguez, obrero de la construcción en paro que no encontró nada mejor que hacer por la mañana. El próximo año será otro hombre el que cuelgue en su lanza los testículos y rabo del toro para pasearlos por el pueblo en señal de una virilidad tan añeja como estéril.

Extractos de la normativa y ordenanza que regula el torneo
Art 29: Se intentará el orden de la lidia, respetando al primer lancero que haya osado alancear al toro. El vencedor será el que procure al toro la lanzada más certera, valiosa y grave. Siempre bajo la idea de que lo más importante es la calidad y no la gravedad de dicha lanzada.

Capítulo II: 2º Ambos, toro y torneante, han de estar en igualdad de condiciones naturales, por lo que ningún torneante ose acudir a dicho torneo en mal estado de ánima, bien por efecto de vino u otros sustancias o procesos extraños al buen orden, bien por otra causa que le anormalice. Y entiéndase lo mismo trasladado al toro.


Capítulo IV:13ª Todo torreante tiene derecho a embadurnarse con sangre del toro. Y entiéndase esta antiquísima costumbre como símbolo de haber participado en el torneo. Y téngase buen orden en el caso. 



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