octubre 16, 2008

“Globalizar el ZYLQRIC”



Mientras allí dentro el maestro no deja de sacarle sonidos musicales a las herramientas de toda una vida; afuera los transeúntes desaprensivos tenemos la posibilidad de recrearnos con otro texto callejero que esta vez sí tiene remitente. Una provocación senil provista de mala follada granaína pensará alguno, apresurando el paso para envejecer tras el mostrador bancario o el cubículo administrativo. Otros de seguro no se detendrán siquiera un minuto porque desconfían de las fuentes independientes que multiplican los puntos de fuga en el espacio público y privado. Un efecto más de la crisis económica titularía la prensa seria en su sección de pánico social diario.
Lo cierto es que la puerta y su mensaje siguen ahí. Por el día está entreabierta y dentro se trabaja esperando que se venda todo para cerrar el chiringuito y así enrumbarse un poco más suelto a los últimos años de la vida. Aquí no se venden intangibles sino que se crean materialmente ideas, no se especula a futuro porque no hay pasta de emprendedor. La despedida entre el hombre y su taller lleva meses en curso. Me imagino un acuerdo amistoso, carente de reproches y dramatismos exagerados. Un hasta luego eterno en donde ha primado no sólo el cariño sino que la consecuencia. Un pacto en donde el viejo promete poner pieza, herramienta, artilugio..a la venta porque estas aún quieren trabajar y conocer nuevas manos. Por su parte el maestro quiere tiempo y nunca ha estado por la acumulación de cosas que no va a utilizar; huye de la acumulación nostálgica en todas sus formas. Desde aquí no emanará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que día a día presentan las multinacionales para reducir costos y ampliar beneficios.

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